¡Busque, compare y reserve!
Alquilar un coche en Montreal es fácil, rápido y transparente en Alquiler-de-coches.es. Le mostramos las opciones más económicas de la amplia gama de coches de alquiler en 125 países y 17.000 lugares de todo el mundo. Ofrecemos un coche de alquiler con todo incluido en Montreal, al mejor precio y ¡le garantizamos el mejor servicio!
Tanto si buscas un pequeño coche de alquiler o un coche familiar para todas la familia. Disponemos del coche adecuado al mejor precio. A continuación presentamos unos ejemplos de nuestra gama en Montreal
A continuación mostramos las empresas de alquiler de coche con mejor valoración en Montreal. Compara con una búsqueda todas las valoraciones y precios de estas empresas de alquiler de coche.
Si usted está buscando un coche de alquiler en Canadá, pero en una ciudad diferente de Montreal, por favor haga click en la página de %countryLink%, donde usted podrá elegir en qué ciudad de Canadá desea alquilar un coche.
No pretendemos ofender, pero es como si Montreal tuviera doble personalidad. El casco antiguo de la ciudad es innegablemente europeo, por no decir francés. Pero muy cerca se encuentran resplandecientes rascacielos que recuerdan a Norteamérica. La mayoría de sus habitantes habla francés, con una minoría que habla inglés. Los inviernos son extremadamente fríos, y los veranos abrasadores. A pesar de que la vida continúa en la superficie, una parte de Montreal está hundida. Por todo ello, Montreal es difícil de describir, aunque sin duda se puede decir que se trata de una ciudad única.
Por ejemplo, es la única ciudad del mundo en la que el sol sale por el sur. Ahora mismo estará pensando: "¿eh?". Esto tiene su explicación en el hecho de que los habitantes de Montreal consideran el río San Lorenzo el "sur", mientras que el Monte Royal es el "norte". Eso no se corresponde con lo que indican las brújulas. Sin embargo, cabe destacar que la particular versión de Montreal de la dirección del viento viene indicada en los carteles de las calles y también se usa en los mapas locales. Ahora comprenderá por qué la West Island o Isla del Oeste se llama así, a pesar de que está en el sur de la ciudad. ¿Complicado? Para nada, solamente tiene que girar el mapa 90 grados...
El casco antiguo de la ciudad (Vieux-Montréal) es la Place Jacques Cartier, una plaza que se extiende desde el antiguo puerto hasta el ayuntamiento. En verano, la plaza se llena de cafeterías al aire libre y docenas de artistas callejeros que hacen actuaciones, convirtiéndose en el lugar perfecto para dar un paseo. La plaza está rodeada de pequeñas calles con casas que se remontan a los siglos XVII y XVIII. Los antiguos almacenes y casas de comercio se han convertido en cafeterías, restaurantes, galerías y tiendas de souvenirs. Casi todo está dedicado a los turistas, pero a los norteamericanos en especial les encanta, ya que en su continente apenas hay ciudades antiguas de interior. Por la noche, las calles estrechas y las plazas destacan bajo la bonita iluminación.
El comercio aportó mucha riqueza a Montreal, lo cual se acentuó cuando a principios del siglo XIX se construyó una gran iglesia en la Place de Armes. La Basílica de Notre-Dame, de estilo neogótico, cuenta con un interior muy colorido decorado con estatuas blancas sobre un fondo azul.
El Museo de Arqueología e Historia de Montreal es muy especial. Fue construido sobre restos arqueológicos que se dejaron intactos. En el Museo Pointe-à-Callière, que se encuentra en el antiguo puesto de aduanas, podrá ver cómo Montreal ha evolucionado de un modesto centro de comercio a la ciudad que es hoy. Podrá ver una película sobre ello y observar las 4 maquetas de la ciudad en diferentes grados de desarrollo.
Para evitar en la medida de lo posible los crudos inviernos, Montreal tiene una extensa red subterránea que poco a poco se ha convertido en una verdadera ciudad. Puede ir desde la estación de metro al hotel, y luego cenar en un buen restaurante e ir al cine sin tener que ponerse el abrigo. Puede sonar agobiante, pero no está tan mal, ya que la ciudad subterránea es muy espaciosa y se beneficia de mucha luz natural. Actualmente hay casi 2000 tiendas, varios cientos de restaurantes y sitios para comer, y unas cuantas docenas de cines y teatros en la ciudad subterránea.
En 1976 Montreal organizó los Juegos Olímpicos, lo cual no ha pasado desapercibido para sus habitantes. Durante más de treinta años han tenido que pagar impuestos adicionales para cubrir la enorme deuda. Lo único que queda es el Estadio Olímpico, con su extraña torre inclinada y su techo suspendido de cables. Aunque es cierto que desde la torre hay una vista impresionante de la ciudad. En el antiguo velódromo ahora se encuentra el Biodome, en el que conviven cuatro ecosistemas diferentes: una selva amazónica, un bosque canadiense, el ecosistema del golfo de San Lorenzo y una zona polar. Cerca del Biodome se encuentra el maravilloso jardín botánico de Montreal.
Solía haber una clara línea divisoria entre la parte francófona y la parte anglófona de la ciudad: Boulevard St-Laurent. Esta división está empezando a desaparecer. Sin duda, la parte este de la ciudad sigue siendo más francesa mientras que la parte oeste es más inglesa, pero en medio hay una zona mezclada, entre otras razones por los inmigrantes que vienen de países donde no se habla ni el inglés ni el francés.
Si desea comer en un buen restaurante, tendrá que ir a la Rue St-Denis. En esta zona también hay muchos bares, cafeterías y discotecas muy animados. No es sorprendente que la McGill University y la Université du Québec à Montréal estén cerca de esta zona.
Al norte, Montreal está protegida por el Monte Royal. Los residentes lo llaman simplemente "la montaña", aunque más bien es una colina considerable. Sea como sea, el Parque del Monte Royal es una zona ideal para pasar algo de tiempo libre. En los días soleados de verano siempre está abarrotado, pero también en invierno, ya que tout Montreal acude para ver el esquí de fondo. Podrá disfrutar de un paseo en un carruaje tirado por caballos hasta la cima de la "montaña".
El Parque de Gatineause sitúa al oeste de Montreal, cerca de la capital canadiense, Ottawa. Podrá encontrar algunos caminos para practicar senderismo y ciclismo en estas colinas cubiertas de bosques. Algunas de las colinas son empinadas, y sólo se recomiendan a ciclistas con experiencia. En invierno es una de las principales zonas de esquí y esquí de fondo, lo cual explica por qué es el escenario del mayor evento de esquí de fondo de Canadá, el Keskinada Loppet. Si está aquí, no se olvide de visitar la capital.
Al igual que pasa con otras muchas grandes ciudades, Montreal tiene una gran cantidad de atascos. En esta ciudad se debe en parte al hecho de que la ciudad está sobre una isla: construir puentes y túneles que conecten el centro con los suburbios del otro lado del río San Lorenzo resultaría muy caro. La Rivière des Prairies, al norte, es mucho más pequeña y cuenta con ocho puentes.
Se puede aparcar en la calle, pero encontrar un espacio donde dejar el coche no es fácil. Además, que no vea ningún parquímetro no significa que no tenga que pagar. En Montreal los parquímetros no están en la acera, sino justo al lado de los edificios. Así no estorban a los quitanieves en invierno, cuando tienen que hacer las carreteras transitables. La mayoría de los centros comerciales y los hoteles del centro de la ciudad tienen amplios garajes de estacionamiento.
El aeropuerto se encuentra a 25 minutos al suroeste de la ciudad. Puede acceder al Aeropuerto Internacional Montréal–Pierre Elliott Trudeau con un coche de alquiler ya que se encuentra en la Autopista 20. También puede llegar al aeropuerto desde Montreal a través de Côte-de-Liesse (Autopista 520).