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Copenhague es una ciudad moderna donde el agua y la vegetación llevan la voz cantante. No es el lugar indicado para los amantes de la vieja arquitectura, ya que casi todo Copenhague fue construido después de 1807, cuando la ciudad fue destruida por un incendio provocado por los británicos. Uno de los pocos edificios que se salvaron fue la bolsa de Copenhague, del siglo XVI.
Copenhague es una ciudad bastante espaciosa, pero tiene un aire acogedor, sobre todo en la parte más bonita (y más ajetreada) de la ciudad, Nyhavn. Nyhavn es un canal que conecta la ciudad con el mar. Al norte del canal solía estar el barrio donde vivían los marineros de la ciudad. En la actualidad es un distrito acogedor y entretenido, con muchas cafeterías, bares, terrazas y restaurantes. En la parte sur hay majestuosas casas patricias, que suelen albergar restaurantes (caros). Desde Nyhavn salen barcos que hacen tours por los canales o le conducirán hasta una de las islas utilizadas como fuertes.
Lo que es el Manneken Pis para Bruselas, lo representa La Sirenita para Copenhague. Esta estatua de bronce, inspirada en un cuento de Hans Christian Anderson, es una de las atracciones turísticas más populares. Si desea inmortalizar a la sirena sin que otros turistas salgan en la foto, tendrá que ir al amanecer. La estatua del propio escritor de cuentos de hadas se encuentra junto al Ayuntamiento.
p>Otra de las principales atracciones turísticas es el parque de atracciones Tivoli, en el centro de la ciudad. En los días principales, como el día de Navidad, la iluminación del parque le fascinará. Sin embargo, Tivoli es mucho más que un parque de atracciones Además de las atracciones de feria, cuenta con muy buenos restaurantes y varios teatros. Algunos artistas muy famosos han actuado en la Sala de Conciertos, hay un cabaré en el Teatro Tivoli y también hay un teatro de marionetas, el teatro para jóvenes Valmuen y el teatro al aire libre Plænen. Además, hay varios bares, discotecas y clubes. Al fin y al cabo, se trata de una zona de ocio muy popular. También vale la pena visitar el distrito de Nørrebro. Solía ser un distrito de clase media ligeramente pobre, pero en la actualidad es una zona con una animada vida nocturna en las callejuelas que rodean la calle principal, Nørrebrogade.Los museos de Conpenhague no son los más famosos del mundo, pero aún así tienen algunas colecciones que valen la pena. El Ny Carlsberg Glyptotek muestra antigüedades de los países mediterráneos, esculturas y cuadros impresionistas franceses. En el Nationalmuseet podrá aprender la historia de Dinamarca y de los daneses. Los niños podrán divertirse disfrazándose de capitanes vikingos o de princesas en este museo. En el Centro de Diseño Danés, que se encuentra en el HC Andersens Boulevard, podrá imaginarse a sí mismo en los sesenta y los setenta: hay muebles y utensilios de esa época, incluidos cubiertos, antiguos ordenadores y teléfonos.
También podrá encontrar algo de ese espíritu hippie en la Ciudad Libre de Christiania, cerca del centro de la ciudad. En la actualidad es más comercial de lo que era cuando fue fundado como "estado libre" a principios de los 70. Sin embargo, en el barrio todavía se respira un ambiente muy especial, con obras de arte en las paredes, tiendas alternativas y galerías, y artistas de todo tipo que intentan vender sus creaciones. En varias ocasiones el gobierno ha intentado acabar con el tráfico de drogas blandas en Christiania, con mayor o menor eficacia. Ya que practican el libre comercio, no se pueden sacar fotos en Christiania. Resulta que no es una ciudad tan libre, al fin y al cabo...
Copenhague no es Londres o París, pero también tiene la reputación de ser un paraíso comercial. La ciudad tiene una de las calles peatonales más largas del mundo, la Strøget. En realidad se trata de varias calles seguidas. Las tiendas no son el único atractivo para los turistas, ya que en verano se convierte en una zona muy animada con músicos, mimos y otros artistas callejeros. En la Strædet, paralela a la Strøget, podrá encontrar tiendas de arte y antigüedades.
El antiguo pueblo pesquero de Dragør se encuentra justo al sur del aeropuerto. En el siglo XVII los holandeses se instalaron aquí para proporcionar a la corte danesa productos agrícolas y flores. Es un pueblo pintoresco, cuyo centro está formado por casas de color mostaza. Algunos habitantes ricos de Copenhague han comprado estas casas con el objetivo de vivir en un ambiente rústico y seguir estando cerca de la ciudad donde trabajan. Una de las casas que está cerca del puerto sigue decorada de la misma manera que cuando los holandeses vivían aquí.
A los pies del fiordo de Roskilde, treinta kilómetros al oeste de Copenhague, se encuentra el Museo de Barcos Vikingos. Cuenta con cinco barcos vikingos originales que se sacaron del fiordo. Los vikingos hundían los barcos a propósito para bloquear el acceso al fiordo. Roskilde es una ciudad antigua (y solía ser la capital de Dinamarca). En verano, la ciudad celebra el conocido Festival de Rock de Roskilde.
En Copenhague nunca estará lejos de la playa. Al norte de la ciudad podrá encontrar playas, cerca del suburbio pijo de Charlottenlund. Aquí también podrá visitar los restos de un viejo fuerte que ahora es un restaurante. Un campamento rodea las ruinas del fuerte. Un poco más al norte, cerca del suburbio de Klampenborg, se encuentra la Playa de Bellevue. Esta amplia playa de arena es muy popular en los meses de verano.
Si usa su coche de alquiler para ir a Charlottenburg, pasará por Hellerup. Aquí encontrará un museo muy divertido, sobre todo para los niños: el Experimentarium. Como su propio nombre indica, se trata de un museo de ciencia interactivo, donde podrá probar usted mismo todas las exhibiciones.
Copenhague tiene una amplia oferta de alojamiento, pero los precios suelen ser elevados. Si el dinero no le supone un problema, debería pasar una noche en uno de los antiguos fuertes: el Flakfortet que se encuentra en una isla, o el Fuerte Dragør. En la playa podrá alojarse en bonitos hoteles costeros. La mayoría de los hoteles están en el centro de la ciudad (Indre By) y en el barrio Versterbro, al oeste del centro.
Parte del centro de esta ciudad danesa es peatonal. Encontrar un espacio para aparcar en el centro puede resultar difícil. Además, tendrá que pagar las tarifas más altas en esta llamada zona roja. Las tarifas son más bajas en la zona verde, y aún más en la zona azul. Fuera de estas zonas, en los suburbios, podrá aparcar de forma gratuita durante un máximo de dos horas. Después de eso, también tendrá que pagar. Fuera de las horas comerciales (de lunes a viernes, de 8 de la mañana a 8 de la tarde y sábados de 8 de la mañana a 2 de la tarde), aparcar en la ciudad es gratis. La ciudad también cuenta con varios garajes de estacionamiento, como por ejemplo los que se encuentran cerca de los grandes centros comerciales.
El Aeropuerto Internacional de Copenhague se sitúa a ocho kilómetros al sureste de la ciudad. Podrá acceder fácilmente al Aeropuerto Kastrup con un coche de alquiler. El aeropuerto se encuentra junto a la carretera E20, que conecta Copenhague con Malmö, en Suecia.