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Puede que Marsella no sea el primer destino para un viaje a la ciudad, ya que no tiene ninguna atracción conocida. Aún así, el turismo ha aumentado en Marsella. Esta ciudad multicultural del Mediterráneo es una combinación de savoir vivre francés con ritmos y olores africanos, cuenta con coloridos barrios históricos y está rodeada de hermosas zonas de campo. También es la ciudad más antigua de Francia, fundada en el siglo VI a.C.
Marsella fue fundada por los griegos como uno de los primeros puntos de comercio de Europa Occidental. Ya en esa época eran conscientes del potencial que tenía este lugar para convertirse en un importante puerto. La tradición portuaria de Marsella se remonta casi 2500 años. El transporte marítimo y la industria pesquera siguen siendo de crucial importancia para la economía local. En la actualidad sigue habiendo un mercado de pescado todos los días en la Quai des Belges, en el Viejo Puerto (Vieux-Port). El acceso a este antiguo puerto se hace una estrecha entrada que tiene un fuerte a ambos lados.
A un lado del agua se encuentra la Abadía de San Víctor. ¡Algunas partes de esta iglesia datan del siglo V! Al otro lado del agua podemos encontrar el distrito de Le Panier, la parte más antigua de Marsella. Este barrio ha sido renovado en su mayor parte y ahora incluye muchos restaurantes, bares y galerías de arte. El centro de esta zona es La Vielle Charité, un antiguo orfanato y hospital para los pobres (construido durante los siglos XVII y XVIII), que hoy en día es un centro multicultural. Muestra exhibiciones que se renuevan cada cierto tiempo y también alberga varios museos, incluido el Museo Arqueológico y el Museo de Arte de las antiguas colonias francesas de África, Oceanía y Amerindia. En esta zona también encontrará el museo de Fonds Régional d'Art Contemporain (FRAC).
La basílica de Nuestra Señora de la Guarda se levanta sobre la ciudad de Marsella y, en cierto modo, vigila la ciudad. Una enorme estatua de la Virgen María remata el campanario de la basílica. Muchos pescadores venían aquí a bendecir sus barcos y aún se pueden ver muchos modelos a escala de barcos que cuelgan del techo. Desde aquí, también podrá disfrutar de una hermosa vista de la ciudad de Marsella.
Si coge la autopista, tardará menos de media hora en llegar a Aix-en-Provence; es una ciudad completamente diferente, pero vale la pena visitarla. Aix tiene distritos medievales y barrios majestuosos de siglos posteriores. La Montaña Sainte-Victoire se puede ver desde cualquier punto de Aix-en-Provence. Cézanne la inmortalizó muchas veces en sus cuadros. Este pintor vivió en Aix, y por este motivo hay un recorrido especial, la Ruta de Cézanne, sobre su vida y su trabajo.
Entre Marsella y el pueblo pesquero de Cassis hay una serie de escarpados acantilados, atravesados por estrechos arroyos. Un poco más hacia el interior, los arroyos se ensanchan y a menudo desembocan en playas (las llamadas Calanques). Aquí podrá encontrar senderos que atraviesan el abrupto terreno, pero tenga cuidado, ¡los caminos pueden ser muy estrechos y empinados! Cassis ha conservado gran parte de su encanto original. Puede viajar en barco hasta las recónditas calas que hemos mencionado anteriormente, lo cual suele resultar más sencillo que intentar acceder a ellas por tierra. Cassis también es un destino muy popular para quienes practican windsurf.
Más hacia el este, la costa entre La Ciotat y Toulon es mucho más montañosa. La Ciotat es donde los hermanos Lumière produjeron su primera película en 1895. Por tanto, es el lugar donde nació el cine, y la ciudad tiene el orgullo de albergar el cine más antiguo del mundo, el Eden. En los alrededores también podrá encontrar hermosas playas, y hacer un viaje en barco hasta la llamada Isla Verde (Île Verte).
Al noroeste de Marsella está la ciudad histórica de Arles, que tiene tanto un ambiente románico como medieval. Aquí todavía podrá ver muchos restos de la época romana: 'Les Arènes', el estadio donde se celebran, por ejemplo, corridas de toros, un anfiteatro, y la famosa necrópolis de Alyscamps. Arles se encuentra al norte de Camargue, el area pantanosa del delta del Ródano. Tendrá que salir de la carretera principal para descubrir la verdadera belleza de esta zona. En Camargue encontrará lagos y pantanos que lo convierten en un rico hábitat para las aves y en donde hay, por ejemplo, colonias de flamencos. ¡Pero no se olvide de llevar protección contra los insectos!
Si no está familiarizado con el tráfico en Marsella, lo mejor es que evite el centro. Muchas de las estrechas calles son de un solo sentido y por tanto puede que le resulte difícil moverse por ellas. En verano, la ciudad se llena muchísimo y encontrar un hueco para aparcar en la calle se vuelve complicado. Por suerte, hay muchos garajes de estacionamiento, tanto en el centro como en sus alrededores, donde puede dejar su coche de alquiler a un precio razonable.
El Aeropuerto de Marsella se encuentra a 25 kilómetros al noroeste de la ciudad. El Aeropuerto de Marsella-Provenza tiene dos terminales: la terminal 1 es para vuelos internacionales y las terminales 3-4, para vuelos nacionales. El aeropuerto se encuentra junto a la N-113. Desde Marsella, podrá acceder al aeropuerto tomando primero la A-55, luego la A-7 hacia Avignon, y luego la salida hacia la D9. El camino está claramente señalizado.