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Faro es la capital de El Algarve, al sur de Portugal. Muchas personas solamente llegan a conocer el aeropuerto, ya que se van directas al complejo turístico desde la terminal. Aquellos que hagan el esfuerzo de visitar Faro descubrirán los encantos de la ciudad, con su antiguo casco antiguo y su ajetreado puerto pesquero.
La iglesia barroca Igreja do Carmo fue construida en 1713. El edificio tiene dos campanarios y un altar cubierto de hojas de oro. Pero lo que más llama la atención de la iglesia es un elemento un tanto extraño: la Capela d'Ossos (Capilla de Huesos). Esta capilla se construyó en el siglo XIX y está decorada con cráneos humanos (más de 1200) y huesos de monjes muertos. La capilla se construyó en el mismo lugar en el que había un cementerio antiguamente, y los restos humanos que fueron desenterrados sirvieron para decorar la capilla. La inscripción que aparece sobre la entrada dice: "Párese aquí y piense en el destino que le aguarda.
La Sé (catedral) tiene una torre gótica, pero lo que más llama la atención son los azulejos del interior, sobre todo los de la Capilla de la Rosa (Capela do Rasário). Otra iglesia donde podrá admirar hermosos azulejos es la Igreja de São Francisco.
En el puerto está el Museo Marítimo, donde podrá admirar modelos de barcos pesqueros locales y otros que Vasco da Gama utilizó en sus viajes a la india en 1497. También hay una réplica del barco en el que los portugueses atravesaron el río Congo.
Y si llueve, ¿qué se puede hacer con los niños? ¡El Museo de la Ciencia de Faro! Hay todo tipo de actividades divertidas e instalaciones interactivas, y el museo está claramente dividido por temas: el sol y la luz, la galaxia, planeta verde, planeta azul y química. Después de las 10 de la noche las calles cobran vida, y solamente vuelven a descansar a la mañana siguiente.
La reserva natural de Ria Formosa tiene una extensión de unos sesenta kilómetros a lo largo de la costa, desde Tavira en el este hasta Ancao en la zona más occidental. Está formada por dunas de arena atravesadas por lagunas azules, pantanos e islas que están frente a la costa. Los amantes de las aves disfrutarán de este lugar, en el que además podrá ir de picnic, lejos de la muchedumbre de las playas de Algarve.
También vale la pena visitar la ciudad de Tavira. Se encuentra en la intersección de los ríos Segura y Gilão, unidos por un antiguo puente romano. A orillas del río se celebra un animado marcado de fruta y verdura, y en el puerto también podrá, por supuesto, ver cómo atracan los barcos y se comercia con el pescado fresco, sobre todo atún. Frente a Tavira hay un banco de arena con dos playas increíbles y no muy concurridas: Praia de Tavira y Praia de Fuzeta. Sólo se puede llegar a ellas en lancha. La playa de Santa Luzia, a unos 3 kilómetros de Tavira, también es agradable y tranquila. Tavira también es un buen lugar para practicar el golf, como alternativa a las pistas de golf abarrotadas de la parte oeste de Faro.
La ciudad mercantil de Loulé está a quince kilómetros al norte de Faro. Aquí se venden productos hechos a base de ramas de palmera y esparto: bolsos, cestas, alfombras y sombreros. Pero los artesanos de Loulé también fabrican cerámica y distintos utensilios, así como joyas de bronce, hierro y estaño. No se olvide de mirar hacia arriba mientras está en Loulé: ¿alguna vez había visto tantas chimeneas diferentes y tan bien decoradas en un solo sitio?
El pueblo pesquero de Olhão, a ocho kilómetros al este de Faro, tiene las típicas casas cubo blancas, con escaleras exteriores que conducen a techos planos. Se parecen un poco a las casas de las medinas de África del Norte. Suba a la colina Cabeça y tendrá una hermosa vista de Olhão. Hay cuevas con estalactitas y estalagmitas extraordinarias. Una de las playas más idílicas del Algarve es la de Ilha de Armona. En los meses de verano, un ferry sale con destino a esta isla cada media hora.
En la región del pueblo de montaña Monchique podrá realizar bonitas excursiones, como por ejemplo por la carretera que lleva a Alferce, o el camino hacia la montaña Foia (de 902 metros de alto, y el pico más alto al sur de Portugal).
Todo Algarve es un bullicioso destino turístico. En verano, puede resultar complicado encontrar un espacio para aparcar en la calle. La mayoría de los hoteles cuentan con aparcamiento, y si quiere explorar Faro lo mejor es que deje su coche en el hotel. Sin embargo, si desea explorar las zonas de campo de Portugal, es conveniente usar el coche.
El Aeropuerto de Faro está a siete kilómetros al oeste de la ciudad y se puede acceder a él fácilmente con un coche de alquiler. La salida desde la carretera costera EN125 está claramente señalizada. Desde el aeropuerto solamente hay un camino que lleve a la EN125. La mayoría de las atracciones turísticas de Algarve están a una hora de distancia. Llegar a Almancil le llevará unos 20 minutos, Vilamoura está a 30, Albufeira a 45 minutos y Portimão a una hora..