Alquiler de coches Praga

Tras la caída del comunismo, la capital checa se ha convertido en un destino muy popular. Y no es de extrañar, ya que Praga es increíblemente bonita. Parece una ciudad de cuento de hadas. Sin embargo, los monumentos no son lo único que atrae a los turistas. Hay muchos museos interesantes, acogedoras cafeterías y buenos restaurantes, la vida nocturna ha evolucionado, ¡y tampoco hay que menospreciar la cerveza checa!

La atracción principal de la ciudad, tanto en sentido literal como figurado, es el Castillo de Praga (Hradčany), un amplio complejo de palacios e iglesias. Si silueta está dominada por las torres de la Catedral de San Vito, cuya construcción duró casi seis siglos. Esto se refleja en la iglesia, ya que consiste en una mezcla de estilos arquitectónicos: gótico, barroco y renacimiento. La Capila de San Wenceslao contiene las Joyas de la Corona, incluida la corona del Rey Wenceslao, que está enterrado aquí. El aspecto de cuento de hadas de la ciudad de Praga se refleja en su llamado Callejón de Oro, que antiguamente era donde se encontraban los orfebres. Las casas son muy pequeñas: una persona de hoy en día no cabe de pie en su interior.

La Plaza de la Ciudad Vieja está rodeada de preciosas casas que tienen cafeterías y terrazas en los primeros pisos. En la fachada del Ayuntamiento VIejo podrá observar el famoso Reloj Astronómico, que indica no solamente la hora sino también la posición de la luna. Cada hora se abren dos pequeñas puertas y aparece Jesús seguido de sus apóstoles. No le revelaremos nada más: tiene que ver el resto del espectáculo usted mismo. Pero no se despiste con sus pertenencias, ¡porque los carteristas aprovechan cuando los turistas están admirando el reloj para actuar!

El Barrio Judío de Praga empieza al norte de la Plaza de la Ciudad Vieja. No crea que los nazis fueron los primeros en confinar a los judíos en un solo barrio. En el siglo XIII, las autoridades (cristianas) obligaron a los judíos a instalarse en esa parte de la ciudad. La Sinagoga Vieja-Nueva muestra una exhibición sobre la historia de los judíos en Bohemia y Moravia.

Cuando observe la cima del Monte Petřín, puede que tenga que frotarse los ojos, ¡ya que verá la Torre Eiffel! Bueno, es una réplica, pero su parte más alta está a la misma altura que la verdadera torre de París, ya que la "pequeña Torre Eiffel" está construida en una colina de 250 metros de alto. Ni que decir tiene que desde la torre tendrá una magnífica vista de Praga y de sus alrededores.

Cerca del Monte Petřín podrá encontrar la abadía premonstratense. Su biblioteca es sin duda la mejor parte de la visita. Contiene documentos de los siglos IX y X, su techo está exquisitamente decorado, las estantería son de estilo barroco y, para los amantes de los mapas, hay una colección de globos terráqueos antiguos.

El Puente Carlos es el puente más antiguo y más famoso de la capital checa. Es posible que, cuando estaban diseñando el puente, los arquitectos se hubieran tomado unas cuantas cervezas checas de más, ya que tiene ligeramente forma de S. Las treinta estatuas que se encuentran a ambos lados se añadieron más tarde, entre los siglos XVIII y XIX. El puente está cerrado al tráfico, así que es un lugar ideal para dibujantes, pintores y artistas callejeros.

Praga y sus alrededores

Al norte de Praga se encuentra Theresienstadt (Terezín). Aquí es donde los alemanes establecieron un campo de concentración durante la Segunda Guerra Mundial. En realidad, esa no es la mejor forma de llamarlo, ya que era más bien como un barrio marginal con una prisión. Se trataba de un lugar de paso antes de llegar a Auschwitz. Durante la guerra, los alemanes crearon un vídeo de propaganda en el que presentaban Theresienstadt como una ciudad modelo y mostraba a los judíos allí retenidos haciendo deporte o comprando en tiendas dentro del campo. Puede ver este vídeo en el museo del campo.

El cristal checo es famoso en todo el mundo. Una de las fábricas de cristal más conocidas está en Nižbor, al este de Praga, y puede acceder a ella en su coche de alquiler a través de la autopista D5. Si contrata una visita guiada, lo aprenderá todo sobre el pasado y el presente del proceso de fabricación del cristal. También podrá comprar objetos de cristal a un precio mucho más razonable que en Praga.

Si sigue avanzando por la D5 hacia el sureste pasará por el magnífico paisaje de Bohemia del Oeste y llegará al lugar donde se creó la Pilsner: Pilsen (Plzeñ). Aquí se fabrica cerveza desde 1295, aunque la variante Pilsner se le atribuye a Pilsner Urquell y se produce en la cervecería Prazdroj. En 1842, esta cervecería creó una cerveza de baja fermentación y de buena calidad: la Pilsner. El museo le permitirá conocer la historia de esta cervecería y, además, tendrá la oportunidad de probar esta cerveza.

La ciudad cuenta con una amplia oferta de hoteles a todos los precios. Algunos hoteles de lujo se encuentran en edificios históricos en el centro de la ciudad. Praga es el centro económico, cultural y turístico de la ciudad, lo que significa que hay una gran demanda de alojamiento en hoteles. Por ello le recomendamos que reserve su hotel con antelación, sobre todo durante la temporada alta (de primavera a otoño).

Aparcamiento

En el centro de Praga encontrará diferentes zonas de aparcamiento (naranja, verde y azul). La zona azul está reservada para los residentes, así que no podrá aparcar ahí. En las zonas naranja y verde podrá aparcar 2 y 6 horas respectivamente si paga usando un parquímetro. Si supera el tiempo de estacionamiento o aparca mal, es muy posible que se lleven su coche.

Los robos de coches ocurren a menudo en Praga. Por tanto, le recomendamos que aparque su coche en un aparcamiento vigilado, como los que se encuentran cerca de la estación de tren principal, Wilsonova, la estación de tren Masaryk o la plaza Malostranské náměstí. También hay aparcamientos cerca de las estaciones de metro, junto a las carreteras principales, pero éstos no están vigilados. Hay un garaje de estacionamiento subterráneo en la plaza Jan Palach, cerca de la Plaza de la Ciudad Vieja.

Aeropuerto

El Aeropuerto de Praga se encuentra a dieciséis kilómetros al noroeste del centro de la ciudad. Puede acceder fácilmente al Aeropuerto de Praga-Ruzyne utilizando su coche de alquiler: simplemente siga la Evropská Boulevard, que le llevará directamente hasta el aeropuerto.